Para sacar al Colo, me hacen falta unos 5 burros más, así que llevé a Francisco, su hijo.
El plaga entendió bien la mecánica del despegue y aterrizaje, espero que cuando junte las horas que le faltan, me lleve una vuelta él, en el 152.
Sigo con la idea de llevar algunos chicos de Fortín Inca, donde me recibió tan bien la gurizada, y así motivar a algunos en recorrer el cielo.
La Bitácora de Vuelo
Historias de Vuelo
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