Hablando en serio, la longitud del acelerador, necesariamente, debe ser unos centímetros más que la del brazo, para poder arrancar el motor en vuelo, osea sentado.
De fábrica, no era suficiente esa longitud, así que decidí cambiar de posición el precinto, para aumentarla.
Resulta que volando, comienzo a manipular la cámara y de repente el cable toca la hélice, ingresando por la zona baja del aro, que no tiene red. Resultado, cable de pare cortado.
Para la reparación, probé algo que me dio resultado y consta en partir longitudinalmente el termocontríble y pegarlo con cianocrilato, para no tener que desarmar el acelerador para envainarlo.
La solución para que el cable no llegue a la hélice, la resolví así. Con un elástico de mercería tomado en la mitad del cable y la barra.
Todavía no lo probé en vuelo, pero en tierra quedó 10 puntos.
El ventilador no perdona!!
La Bitácora de Vuelo
Historias de Vuelo
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