Los materiales son infinitos, pero en este caso usamos, madera balsa, dos pelotitas de pelotero donadas por Juliana, un palito de casa artística y un velocímetro digital de $160.
Es importante que el velocímetro permita ingresar el diámetro o perímetro en forma arbitraria y NO según el rodado, ya que hay que ajustar esta medida para la calibración.
Todo esto se une con la mágica GlueGun y listo.
Lo bueno del anemómetro de casoletas, es que no necesita estar orientado en dirección al viento, como el digitar que habitualmente usamos los que dependemos del viento y que arrancan en los $500.
Como trabaja el velocímetro?
Parte de velocidad = espacio / tiempo, por lo tanto, este cuenta las revoluciones y las multiplica por el perímetro de la circunferencia (2*Pi*r) de la rueda. Todo homogeneisado en metro y segundo.
Como el radio de la resultante de la velocidad del viento no va a ser exacto al radio, debemos calibrar con un velocímetro esta distancia.
En definitiva estamos hallando la velocidad tangencial de las cazoletas, que coincide con la velocidad del viento.
El desarrollo en imágenes es el siguiente.
La Bitácora de Vuelo
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